Cinco maneras de mejorar el medio ambiente desde la industria alimentaria
El planeta en el que vivimos está sufriendo, desde hace muchas décadas, un grave deterioro originado fundamentalmente por la mano del hombre. La deforestación, la contaminación del aire y del agua, la sobreexplotación de recursos naturales, la generación de residuos no biodegradables y el cambio climático son solo algunas de las consecuencias de nuestras actividades. Estas acciones tienen un impacto negativo en la biodiversidad, en los ecosistemas naturales y en la calidad de vida de las personas.
El año 1972 marcó un punto de inflexión en el desarrollo de la política medioambiental internacional con la Conferencia de Estocolmo, primera gran conferencia sobre cuestiones medioambientales, que dio paso a que la Asamblea General de las Naciones Unidas designara, ese mismo año, el 5 de junio como Día Mundial del Medio Ambiente. Con esta declaración, se instaba a los gobiernos y a las organizaciones de la ONU a llevar a cabo ese día actividades en todo el mundo para reafirmar la preocupación por la preservación y el mejoramiento del medio ambiente, “con miras a profundizar la conciencia ambiental”.
La acción humana
Después de 52 años, sigue siendo crucial reflexionar sobre la repercusión que la mano del hombre ha tenido en el deterioro de la tierra y cómo podemos revertir esta situación. Es fundamental tomar conciencia y adoptar las medidas necesarias para reducir nuestro impacto y promover la sostenibilidad. Cada año desaparecen millones de hectáreas de bosques para dar paso a cultivos de agricultura intensiva o a explotaciones ganaderas sin olvidar lo que supone la urbanización de esos terrenos. Esta práctica no solo reduce la biodiversidad y destruye los hábitats naturales, sino que también contribuye significativamente a la emisión de gases de efecto invernadero, acelerando así el cambio climático.
No podemos dejar de hablar de la contaminación del aire y del agua, un aspecto que empieza también a ser alarmante. Las emisiones industriales, los vehículos motorizados, los desechos químicos y los vertidos de aguas residuales contaminan nuestros recursos naturales y ponen en riesgo la salud humana y el equilibrio ecológico. El aumento de las temperaturas, los fenómenos meteorológicos extremos, el deshielo de los polos y el aumento del nivel del mar son algunas de las consecuencias directas del calentamiento global causado por las actividades humanas. Si no tomamos medidas urgentes, las consecuencias serán catastróficas para el medio ambiente y para nuestra propia supervivencia. Hace apenas un mes, la AEMET nos ha preparado para lo que nos espera en los próximos meses. Tendremos un verano con más calor de lo normal, con un cambio en el patrón de las lluvias que pronostica ambiente más seco en el oeste y más seco también en el resto de la península. Y esto es un hecho.
El papel de la industria alimentaria
Ante este panorama, es fundamental tomar conciencia de nuestra responsabilidad en la protección del medio ambiente. Y en este escenario, la industria alimentaria desempeña sin duda un papel crucial. A través de prácticas responsables y sostenibles, toda la cadena alimentaria, desde el producto en origen pasando por los distribuidores hasta llegar a los consumidores, puede contribuir a promover un sistema alimentario más saludable y equitativo, cohabitando, además, con el respeto al medioambiente.
En este caso, exponemos algunas prácticas que pueden mejorar nuestro planeta.
- Producción sostenible adoptando prácticas agrícolas que incluyan la rotación de cultivos, el uso de técnicas más orgánicas, la conservación del suelo y el agua y la reducción del uso de pesticidas y fertilizantes químicos. Si se producen alimentos sostenibles, se reduce la huella ambiental de la agricultura y se preservan los recursos naturales para las generaciones futuras.
- Reducción del desperdicio alimentario en toda la cadena, desde la producción al consumidor. Contribuir con esta reducción, no solo ayuda a combatir el hambre y la inseguridad alimentaria, sino que también provoca una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero asociados con la producción y eliminación de alimentos no consumidos. En este punto, muchas empresas han optado por implementar medidas para reducir el desperdicio como invertir en innovación y tecnología para prolongar la vida útil de los productos o donar alimentos no vendidos a organizaciones benéficas, prácticas a la que se unen cada vez más cadenas de distribución.
- Fomento de prácticas comerciales más justas. Esto incluye garantizar unas buenas condiciones laborales para los trabajadores, así como apoyar a los agricultores locales y promover el comercio justo. Al trabajar con proveedores responsables y transparentes, las empresas pueden asegurarse de que sus productos sean producidos de manera ética y sostenible.
- Promoción de dietas saludables. La industria alimentaria tiene un papel importante en promover dietas saludables y sostenibles entre los consumidores. Esto incluye ofrecer opciones nutritivas y respetuosas con el medio ambiente, como alimentos orgánicos, locales y de temporada, así como reducir el uso de procesados, aditivos artificiales y envases innecesarios.
- Innovación tecnológica. Es importante aprovechar la innovación tecnológica para mejorar su eficiencia operativa y, por ende, reducir el impacto medioambiental. Esto incluye el desarrollo de técnicas agrícolas avanzadas, como la agricultura vertical o la agricultura regenerativa, así como el uso de energías renovables en las operaciones industriales. En definitiva, es importante invertir en tecnologías limpias y sostenibles que reduzcan, en la medida de lo posible, la huella de carbono.
Para concluir, este año el lema del Día Mundial del Medio Ambiente se ha centrado en restaurar las tierras, detener la desertificación y fortalecer la resiliencia a la sequía bajo el lema Nuestras tierras. Nuestro futuro. Somos la #GeneraciónRestauración. No podemos retroceder en el tiempo, pero sí podemos revertir la situación con pequeñas o grandes acciones que pueden cambiar el rumbo del planeta. Proteger nuestra tierra es proteger nuestra propia vida. Debemos actuar ahora antes de que sea demasiado tarde.