La colaboración, pieza clave para innovar en distribución comercial alimentaria y gran consumo

20/06/2024

Por Juan Moreno, miembro de la MPAC y secretario general de UCAUCE.

 

La 7º edición del Observatorio de Innovación en Gran Consumo del Institut Cerdá anunciaba y ponía en valor no hace mucho alguno de los proyectos más innovadores orientados a dar respuesta a los desafíos del contexto actual. A dicho respecto, el citado Observatorio identificaba en sus estudio los 10 principales retos que aborda el sector, tales como la protección de los ecosistemas la diversidad, la descarbonización, el fomento de la economía circular, la reducción de las desigualdades sociales y territoriales, la formación y proyección de los trabajadores del sector, la nutrición saludable, la hiperpersonalización de la oferta, la gestión de la información y la comunicación con el consumidor, la cadena de suministro sostenible, eficiente y resiliente, así como la colaboración público privada como catalizador de la innovación. 

Un dato a destacar es que, a lo largo de sus diferentes ediciones este Observatorio ha identificado innovaciones referenciadas en infinidad de procesos y  agentes de la cadena, lo que acaba poniendo de manifiesto la capacidad del sector agroalimentario de abordar el conjunto de los retos planteados y de dar respuesta con iniciativas innovadoras a los desafíos actuales, así como al conjunto de las demandas y requerimientos de las personas consumidoras y usuarias. No se puede nunca olvidar el importante papel de la ciudadanía en el ámbito de la  innovación, que debe estar implicada, junto con las empresas en este ámbito.

Un dato que desde el Institut Cerdá se destacó en la reseñada edición es que la colaboración se configura como pieza clave para la innovación y los  avances en el sector, destacándose el dato de que el 56% de las iniciativas valoradas han sido colaborativas entre agentes de la producción y la distribución, o se han referenciado en proyectos de sostenibilidad desarrollados entre fabricantes y el tercer sector.  

Igualmente fue digno de destacar la importante y necesaria colaboración publico-privada como una alternativa “eficiente y eficaz que beneficia, sin duda, a la  ciudadanía y al conjunto económico y social”. Todo pone de manifiesto que la innovación orientada a la sostenibilidad es crucial para el sector de la  distribución comercial alimentaria y el gran consumo y así se viene  afortunadamente haciendo en áreas como la tecnología y la logística (implementando novedades tecnológicas en los sistemas logísticos para reducir el impacto ambiental u optimizando la gestión del surtido y las relaciones con la  cadena de valor mediante herramientas digitales), la descarbonización (reduciendo la huella de carbono en las tiendas y en el surtido de productos o  fomentando la eficiencia energética ), la economía circular (promoviendo la reutilización y el reciclaje de materiales u ofreciendo opciones de compra a granel o envases reutilizables; la colaboración y las alianzas (trabajando con organizaciones, proveedores y otras empresas del sector para compartir buenas prácticas y desarrollar soluciones conjuntas o participando en iniciativas de sostenibilidad a nivel local o global), o la educación y la sensibilización (informando a los clientes sobre la importancia de la sostenibilidad y de cómo pueden contribuir, u organizando campañas de concienciación y promoción de productos sostenibles). 

Centramos por tanto nuestro punto de mira, en este artículo, en todo ese conjunto  de actuaciones innovadoras de las empresas de alimentación y gran consumo y de  la distribución orientadas a la sostenibilidad. Y resulta agradable y positiva la sorpresa de comprobar cómo la sostenibilidad y el respeto por el medio  ambiente y su conservación acaparan muchas de las innovaciones identificadas en esta última edición presentada, apuntando, a modos de ejemplo,  avances en servicios de reducción de emisiones en el sector primario; identificación  de nuevos aditivos para el tratamiento de purines -logrando una efectividad hasta  el 50% superior respecto a las alternativas existentes-; empresas certificadas por residuos cero a vertedero -por valorizar la práctica totalidad de los residuos de sus  centros de producción-; el lanzamiento de plataformas de gestión para conectar empresas que generen excedentes alimentarios con entidades sociales; o  avanzando a través de la inteligencia artificial para descubrir en la naturaleza nuevos  compuestos bioactivos no descritos hasta la fecha para la producción de alimentos libres de síntesis química. 

Y a todo este respecto y, como no podía ser menos, la anual Encuesta de Hábitos de Compra y Consumo de la MPAC se acerca decididamente a conocer la opinión y valoraciones de los consumidores españoles sobre la innovación en general y sobre la innovación vinculada a la sostenibilidad en particular. Así, en términos generalescuando se les pregunta a los consumidores españoles hacia dónde quieren que las empresas de alimentación enfoquen sus esfuerzos para impulsar la innovación, las opciones más saludables y el precio irrumpen como prioritarias y aun relegan a aquellas vinculadas a la sostenibilidad. De esta manera, quizá por el contexto actual, la innovación hacia una mayor responsabilidad medioambiental o social no parece ser una prioridad para los consumidores. La sostenibilidad queda de momento en un segundo plano,  posiblemente debido a la situación económica actual, a pesar de la clara conciencia  que los consumidores manifiestan hacia este tema.  

Otra de las preguntas de nuestra encuesta pone de manifiesto como más de la mitad de los consumidores encuestados valora positivamente la innovación en alimentación. No obstante, existe otro sector de la población amplio que, o bien no son capaces de detectar e incluso desconfía es esa innovación, lo que pone de manifiesto la necesidad de una mayor formación e información, así como de dotarles de más herramientas para la toma de decisiones responsables. 

En cualquier caso, nuestra encuesta de corrobora que la sociedad española mantiene su compromiso con la reducción de la contaminación medioambiental en sus actos de compra y consumo y que el respeto a medio ambiente es el factor más  importante que influye en la decisión de compra y, año tras año, el saber que el  fabricante o distribuidor está comprometido con el medio ambiente y la sostenibilidad se mantiene como una constante en la respuesta de los encuestados.  Porque a estas alturas, afortunadamente, la preocupación por la sostenibilidad está asumida en la conciencia de las personas consumidoras, aunque en la práctica,  según señalan en nuestra encuesta, les resulte difícil hacer una compra sostenible y sólo una de cada dos personas estaría dispuesta a pagar algo más por productos  alimenticios sostenibles. 

Los datos tanto del Observatorio, como de nuestra encuesta ponen de manifiesto  que los necesarios avances en esta materia requieren aún un largo recorrido para  que la consciencia y la apuesta por la sostenibilidad de los consumidores y usuarios  y del conjunto de los eslabones de la cadena agroalimentaria se traduzcan también en un compromiso.