Día Mundial de la Alimentación 2018
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2016 más de 2,200 millones de personas tenían sobrepeso y más de 800 millones eran obesos. Mientras esto ocurre, 821 millones de personas pasen hambre en el mundo (según Manos Unidas) y un tercio de los alimentos que se producen en el mundo para el consumo humano acaban desperdiciados (aproximadamente 1.300 millones de toneladas anuales).
El mundo global se enfrenta a tres grandes problemas relacionados con la alimentación; el sobrepeso y la obesidad, la desnutrición y el desperdicio de alimentos. Para el año 2050 se calcula que en el plantea seremos unos 10.000 millones de personas y si algo no mejora, los problemas se agudizaran y estos desequilibrios serán mucho mayores.
Es por ello, que en este día, hemos querido adelantar los resultados de tres de las preguntas de la Encuesta de Hábitos de Consumo 2018 elaborada por la MPAC y que presentaremos en su globalidad el próximo día 15 de noviembre de 2018 en Madrid..
Le preguntamos a 3.100 familias de toda España qué opción preferiría para garantizar el acceso a la alimentación de la mayor cantidad de personas posible. De entre las respuestas propuestas, el 49% de los consumidores encuestados nos dijeron que la opción preferida para garantizar el acceso a la
alimentación de toda la población era una mayor gestión y concienciación sobre el desperdicio de alimentos y una compra más racional y eficiente. Ello nos indica que los consumidores encuestados tienen más en cuenta la eficiencia en el uso de los recursos en un porcentaje superior a la opción de un mayor reparto de estos, es decir, entienden que previo a ser solidarios (un 45% sí apuesta por ello), debemos evitar que exista población con necesidad de ayuda.
Por otro lado, los resultados de la “Encuesta de Hábitos de Compra y Consumo 2018”, señalan que el desperdicio de alimentos es una preocupación muy presente para 9 de cada 10 personas consumidoras. A su vez, la misma encuesta pone de manifiesto que más del 86% de los encuestados afirman realizar ya algo positivamente para evitar el desperdicio de alimentos. Además, mayoritariamente, más de un 55% de los encuestados consideraba que la responsabilidad en el desperdicio alimentario es una responsabilidad compartida de toda la sociedad, donde productor, transformador, distribuidor, administraciones públicas, hostelería/ restauración y consumidores, como agentes de la cadena agroalimentaria, tienen todos su alícuota parte de responsabilidad. Llama la atención este reconocimiento de responsabilidad por parte del consumidor. Pero quizás lo más importante es la conclusión de que es necesario un consenso entre todos los agentes sociales para disminuir el desperdicio de alimentos ya que es responsabilidad de todos. Las políticas siguen siendo estancas en lugar de hacer acciones conjuntas y coordinadas efectivas.
Por último, respecto al sobrepeso y la obesidad, los resultados de la encuesta, aunque algo mejor que los del año 2017, distan de lo deseable. Así, en 2018, los resultados nos señalan que la mayoría de los encuestados consume alimentos perecederos dos o tres veces por semana; mientras el consumo de alimentos no perecederos es de una vez a la semana. Es obvio que nuestra frecuencia de consumo está muy relacionada con nuestro estilo de vida, costumbres, disponibilidad de horarios y oferta de lugares de compra, entre otros factores. En general, la frecuencia de consumo de productos no perecederos es menor que la de productos perecederos. De forma resumida y significativa, estos son algunos datos relevantes en cuanto a consumo:
Carne: un 68% la consumen 2-3 veces por semana y un 15% a diario.
Verdura: un 45% lo consumen a diario y un 44% de 2 a 3 veces por semana. Casi un 10% de los consumidores encuestados tan sólo toma verdura un día a la semana.
Lácteos: destaca el 3% de la población que nunca toma lácteos.
Alimentos industriales: un 12% de los consumidores encuestados opta por ellos a diario. Bebidas Refrescantes: un 15% de los consumidores toma bebidas refrescantes a diario, dato que no varía, aunque aumenta respecto al año anterior los que dicen que nunca las consumen (24%).
Aunque se aprecia una mejoría leve en los hábitos de consumo de alimentos respecto al 2017 aún existe la necesidad de mucha más formación e información de los consumidores en materia de alimentación saludable y dieta equilibrada.
Estas son las respuestas de los consumidores encuestados ante estos tres grandes problemas y de ellas si queremos concluir que, aunque con mucho margen de mejora, los consumidores españoles encuestados optan por la eficiencia de los recursos, por una disminución del desperdicio de alimentos y se preocupan cada día más por sus hábitos de alimentación.
Ahora , el reto de todos los actores de la cadena agroalimentaria es seguir avanzando en las políticas de concienciación y educación, solo así lograremos que todos podamos disponer de alimentos de una forma segura y disfrutar de una vida saludable.
«Grandes retos para una responsabilidad compartida.»