Los tres retos de la salud en España: frenar el sobrepeso, más hábitos saludables y combatir la desinformación

07/04/2024

A lo largo de estas últimas semanas hemos podido celebrar varios días mundiales relacionados con la alimentación y con productos que sin duda ninguna forman parte de nuestros hábitos de consumo tradicionales, como fueron el Dia Mundial de los Cereales, el Dia Mundial de la tortilla de patatas…, y esto se explica por la gran oferta de alimentos de la que gozamos en la actualidad y que no tiene comparación con ninguna otra época de la Historia, y por ello esta sociedad de la que participamos y en la que convivimos debería ser la sociedad con una demanda más racional, más equilibrada nutricionalmente y por ello una sociedad menos proclive a enfermedades relacionadas con la alimentación.

Sin embargo, una investigación del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN) ha estimado la prevalencia de la obesidad y el sobrepeso en el país y ha concluido que el 55,6% de los adultos y un tercio de los menores tienen exceso de peso. Según los datos de ese estudio, los científicos encontraron que el 33,7% de los menores de entre dos y 17 años y el 26% de las niñas de estas edades, tenían exceso de peso (sobrepeso u obesidad). De ellos, el 13,4% de los niños y casi el 8% de las niñas sufrían obesidad. Pero no sólo obesidad y sobrepeso, también: 

  • Diabetes
  • Osteoporosis
  • Cáncer de colón
  • Hipercolesterolemia
  • Gota
  • Caries
  • Enfermedades cardiovasculares, etc.

Estas son algunas de las enfermedades más relacionadas con una alimentación desequilibrada, con carencias o con excesos, que sin duda no ponen en valor ni la gran oferta de alimentos, ni la inversión realizada por los gobiernos para intentar generar una clara conciencia de hábitos alimentarios equilibrados.

¿Y por qué?, pueden ser muchos los factores que han impedido optar a esa alimentación saludable que minimice los riesgos de este tipo de enfermedades, pero nos vamos a centrar en dos:

  1. La falta de una estrategia clara, profunda y continuada de formación e información a los consumidores, con pequeñas pinceladas con muy poca intensidad y realizada a breves destellos, es decir que, en vez de dar una iluminación continuada, eran fogonazos que impedían dar un seguimiento continuada a la labor de formación e información. Las asociaciones de consumidores apenas hemos tenido respaldo por parte de las diferentes administraciones para llegar a casi 50 millones de consumidores, para aportarles la información necesaria que permitiese una mejor selección de prioridades alimenticias, y que descartase la posibilidad de caer en esos desequilibrios que provocan las enfermedades.
  2. El exceso de la desinformación, los miles de alegaciones interesadas en convencer a los consumidores, a las familias, de las bondades de cierto tipo de productos o dietas, que, sin ningún tipo de evidencia científica, nos vendían como ideales, escondiendo claramente los excesos de azucares, grasas o sales en su composición. Es decir que por cada mensaje de consumo responsable luchábamos contra cien de consumo no tan responsable.

En definitiva, por muchos días mundiales que queramos poner en el calendario anual, lo que realmente necesitamos es herramientas que nos permitan entrar en cada hogar y poner sobre la mesa la información y formación necesaria para que los hábitos de compra y consumo de los ciudadanos reduzcan drásticamente esos datos de enfermedades relacionadas con una alimentación desequilibrada, desordenada y descompensada.

Y solamente iniciativas como www.mesaparticipacion.com pueden, si cuentan con todos los apoyos necesarios, cambiar la dirección que erróneamente adoptan cada día miles y miles de familias en España en su dieta.  Hoy disponemos de productos, disponemos de información y disponemos de libertad de elección.

Por eso, aprovechemos y cambiemos la dirección.