Encuesta 2022. Hábitos de Compra y Consumo durante la COVID-19
A estas alturas de 2022 ya nadie duda de que la situación vivida a causa de la crisis sanitaria derivada de la pandemia por la Covid- 19 ha provocado cambios en nuestra sociedad. Algunos superficiales y otros de mayor calado. Unos pasajeros y otros para quedarse. Desde un principio, en la MPAC creíamos que era importante conocer cómo el consumidor se enfrentaba a esta
experiencia inédita y, de esta forma, detectar cuanto antes sus necesidades y, en caso necesario, ofrecer soluciones.
Una de las primeras conclusiones a las que llegamos, gracias a las encuestas on line que hemos ido lanzando desde marzo de 2020 es que todos los actores de la cadena agroalimentaria del país –
productores, distribuidores, comercializadores, etc.- respondieron para el consumidor de una forma ágil y eficaz a la extraña realidad que nos imponía el virus.
Sin embargo, algunas de las necesarias restricciones sanitarias nos obligaron, como consumidores, a modificar nuestros hábitos en la compra de productos de alimentación y gran consumo. ¿Cuáles perduran después de dos años? ¿En qué hemos mejorado con respecto a nuestra alimentación? ¿A qué costumbres hemos vuelto a medida que se reducía la gravedad de la pandemia?
Con nuestra tercera encuesta on line sobre hábitos de consumo durante la Covid-19 hemos querido dar respuesta a estas y otras cuestiones, que, con los datos recabados, resumimos a
continuación.
Han llegado para quedarse
Son, fundamentalmente, los relacionados con una alimentación sana, saludable y sostenible a los que el 86% de la población afirma estar “abonada”. Sin embargo, llama la atención que, en abril de 2020, el 71% de los encuestados afirmaba poseer ya esos hábitos saludables, una percepción que disminuye 9 puntos porcentuales justo un año después. Quizás en este caso la memoria se haya
vuelto frágil y sin mucha perspectiva después del periodo de adaptación a esta situación tan anómala.
Se ha podido apreciar el incremento del consumo de platos precocinados o preparados que ha pasado, en un año, de un 3,50% a casi un 20% y también que el consumo de productos frescos ha experimentado un descenso de 10 puntos de abril de 2020 a abril de 2021. Ha pasado del 37% al 27%. Este consumo contrarresta con el porcentaje tan pequeño de los consumidores que se decantan por los productos congelados (5%). Como dato destacable indicar que ha disminuido en seis puntos el consumo de snacks, golosinas y bebidas azucaradas y el 28% cree que disminuirá su consumo después de la pandemia frente al 22% de los encuestados que lo afirmaba en 2021. El aumento que se produjo en los productos de limpieza se mantiene como en años anteriores.
Mantener las medidas de protección (29%), tratar de reducir el gasto en productos como snacks, golosinas, y bebidas azucaradas (28%) y reducir el desperdicio de alimentos (27%), son los hábitos
y propósitos más arraigados después de la pandemia. Así en abril de 2021, el 22% afirmaba tratar de reducir el gasto en snacks, el 17% en el desperdicio de alimentos y el 19% alimentarse de forma
más equilibrada, un porcentaje que se ha incrementado en cinco puntos respecto a la encuesta de este año. Aumenta también la intención de reciclar que pasa del 15% en 2021 al 24% de 2022.
Son más coyunturales
Si bien hemos hablado de los hábitos que parece que han llegado para quedarse, hay otros que se modificaron puntualmente o directamente no experimentaron ningún cambio. Por ejemplo, la
compra online experimentó un ligero aumento los primeros meses de pandemia, pero, a tenor de los datos que nos han aportado las muestras, los consumidores hemos vuelto a confiar en la compra presencial, en el establecimiento, en las tiendas y supermercados más cercanos a nuestro domicilio y donde, además, podemos interactuar. Actualmente, casi la mitad de los consumidores
encuestados sale cada dos o tres días a la semana a hacer la compra, un 40% lo hace una vez a la semana y tan solo el 5% lo hace diariamente.
Casi el 80% de los consumidores encuestados no ha cambiado el lugar habitual de compra de productos de alimentación y gran consumo durante las diferentes olas de contagios, un incremento
de cinco puntos con respecto a los datos de la Encuesta de abril de 2021. Un 12% combina el lugar más cercano con su establecimiento habitual. El 72% de la población adquiere estos productos de forma presencial. Un 26% combina la compra online y la tienda física y solo un 2% lo hace exclusivamente de forma online.
Desde que se declaró la pandemia hace dos años, un 62% de los encuestados afirma no haber cambiado sus hábitos de compra y consumo, una apreciación que ha aumentado en diez puntos con
respecto a abril de 2021 (52%).
Desciende también el porcentaje de los consumidores que planifican más su compra que antes de la Covid del 23% al 16%. Este descenso coincide con un relajamiento de las restricciones al igual que el que se detecta en el almacenamiento de productos que en un año desciende del 11% al 5%.
Como decíamos, hay hábitos que han venido para quedarse y otros, únicamente, se adaptaron a las necesidades y circunstancias puntuales que nos ha tocado vivir. A medida que se han relajado o incluso desaparecido, se han llevado consigo actitudes y aptitudes que pensábamos iban a prolongarse en el tiempo y que los datos recabados nos han demostrado lo contrario. Es difícil predecir cómo nos vamos a comportar en situaciones límite, pero sí es fácil concluir que lo que realmente nos hace sentir seguros, en todos los ámbitos de nuestra vida, es la normalidad.