Una formación básica en nutrición hace a los consumidores más libres

03/03/2023

Bases de nutrición para una elección libre

Una de las numerosas frases célebres del filósofo griego Epicteto es que “sólo las personas que han recibido educación son libres”. Si bien es cierto que el contexto de esta frase giraba entorno a la esclavitud y libertad en la que vivió el filósofo y a lo que él consideraba la esencia de quien es verdaderamente libre, aquel con un total control y conocimiento de sí mismo, podemos trasladar esa importancia de la educación a algo más tangible, pero no menos importante como es el acto de alimentarnos, de saber qué productos de alimentación comprar y consumir hoy en día, de entre tantas opciones (por suerte) a nuestro alcance.

¿Cómo organizan los consumidores su cesta de la compra? ¿En qué se basan para hacerlo? ¿Crees que tienen en cuenta la composición nutricional del menú que vayan a preparar, las proporciones de los macro y micronutrientes o la cantidad de calorías? Probablemente, la mayoría no. 

Teniendo en cuenta que existen numerosos factores determinantes para la elección de alimentos, como pueden ser los biológicos (el hambre, el apetito, el sentido del gusto…), los económicos por supuesto, como el coste, los ingresos y la disponibilidad en el mercado o también, los sociales, es decir, cultura, creencias, familia, patrones de alimentación e incluso los estados de ánimo diferentes afectan. Un factor que sin duda influye en nuestras elecciones de compra y consumo de productos de alimentación es la formación que tengamos, el conocimiento en mayor o en menor medida de conceptos sobre nutrición. 

Sin duda, la educación en materia de nutrición es la mayor herramienta por la que se debería apostar más allá de símbolos de alerta o modas de etiquetas con colores más o menos atractivas que intentan traducir, sin mucho éxito, lo que deberíamos conocer y al final confunden más si cabe al consumidor.

Desde la Mesa de Participación de Asociaciones de Consumidores (MPAC) queremos aportar con este artículo un poco de luz con algunos conceptos que seguro nos pueden ayudar a comprender algo mejor el amplio mundo de la nutrición o por lo menos nos despierte la inquietud de querer saber más, de hacernos ver que cuanto mayor conocimiento tengamos, mejores elecciones podremos hacer y serán mejores, porque tendremos la libertad de saber que escogemos un producto que es más saludable o menos, más sostenible o no, conscientemente y siempre desde nuestra propia responsabilidad. 

 

Algunos conceptos básicos

  • Alimentarse no es lo mismo que nutrirse. Alimentarse es la acción de ingerir alimentos para saciar el hambre. Nutrirse, sin embargo, es ingerir alimentos que aportan a nuestro organismo los nutrientes esenciales: vitaminas, minerales, fibras, proteínas…Si nos alimentamos mal, no obtendremos las sustancias que necesita nuestro organismo para mantener unas condiciones óptimas y, en última instancia, la vida. Tan sencillo como esto: «comemos para vivir».
  • No hay alimentos buenos ni malos: debemos hablar de dietas más o menos equilibradas (seguro que habrán oído esta frase). Lo que quiere decir es que en una dieta equilibrada caben todos los alimentos, aunque la frecuencia de consumo de cada tipo no puede ser la misma ya que cada uno aporta un tipo y cantidad de nutriente.
  • Tras la ingestión de un alimento y su digestión con sus complejos procesos metabólicos, el cuerpo obtiene los nutrientes. Los nutrientes son necesarios para para producir la energía empleada en las funciones de crecimiento, reparación y reproducción, metabolismo, entre otras, y, por tanto, son necesarios para mantener la vida. En función de la cantidad necesaria para las células y organismo se clasifican en:
    •  Macronutrientes: hidratos de carbono (glúcidos), lípidos (grasas), proteínas y agua.
    • Micronutrientes: vitaminas y minerales.

Los nutrientes, además de garantizar las necesidades energéticas, garantizan las necesidades plásticas y reguladoras. De manera resumida estas son sus funciones:

      • Hidratos de carbono (HC): tienen una misión principalmente energética, aunque algunos de sus derivados son de naturaleza estructural o funcional.
      • Lípidos: tienen una misión energética (aportan una reserva de energía, aunque siempre serán utilizados en primer lugar los glúcidos) y estructural, ya que forman parte de las membranas biológicas y modulan su actividad.
      • Proteínas: tienen una función estructural. Realizan la mayor parte del trabajo en las células y son necesarias para la estructura, función y regulación de los tejidos y órganos del cuerpo.
      • Vitaminas: tienen una función reguladora. Aportan elementos que regulan el buen funcionamiento de todas los elementos y procesos en la célula. Algunos ejemplos son:
        • La vitamina A, conocida también como retinol, que es importante para la visión normal, el sistema inmunitario, la reproducción, además del crecimiento y el desarrollo. 
        • Las vitaminas del grupo B, que tienen mucha importancia a la hora de mantener un metabolismo activo y obtener mejor y más rápido energía. 
        • El ácido ascórbico o vitamina C que contribuye con muchas funciones del cuerpo, entre ellas, la absorción del hierro.
      • Minerales: son sustancias con una importante función reguladora, que no pueden ser sintetizados por el organismo y deben ser aportados por la dieta.
  • Agua: es el principal componente del cuerpo humano, y supone el 70% del peso corporal total. Eso lo dice todo. (Aunque esta cantidad depende de múltiples factores como la edad, el sexo o el volumen de grasa corporal). Cumple una función vital para el buen funcionamiento del organismo, posibilita el transporte de nutrientes a las células, ayuda a la digestión de los alimentos, contribuye a regular la temperatura corporal, etc.
  • Los KJ o Kcal es la manera de expresar la energía que aporta los nutrientes de un alimento. En las etiquetas de los alimentos envasados encontraran está información, generalmente en una tabla en la parte trasera, y se indicará bien por cada 100g (obligatorio por ley) y, en algunos casos, por ración (cantidad que habitualmente se toma de ese alimento). También podemos encontrar esta información en la parte frontal del envase.
  • El cuerpo humano obtiene la energía que necesita de los alimentos, concretamente de algunos de los nutrientes. Cada nutriente aporta una cantidad de energía:
    • Los hidratos de carbono aportan 4 Kcal/g o 17 kj/g
    • Las proteínas aportan 4 Kcal/g o 17 kj/g
    • Las grasas (lípidos) aportan 9 Kcal/g o 37 kj/g
    • La fibra alimentaria aporta 2 Kcal/g u 8 kj/g
    • El alcohol (etanol) aporta 7 Kcal/g o 29 kj/g
  • Las necesidades calóricas (energéticas) de cada individuo y, por tanto, de ingesta de alimentos y sus componentes nutricionales, dependen de varios factores como: superficie corporal (peso, altura), edad, estado de salud, composición corporal, actividad laboral, actividad física (tipo, intensidad, duración, frecuencia), clima-temperatura… Debe asegurarse un equilibrio entre la energía entrante y la saliente,  es decir, la energía de la comida y bebida que ingerimos debe ser igual a la energía que utilizamos en nuestro día a día.

Sean cuales sean las necesidades energéticas individuales, la OMS recomienda que el % de aporte calórico proceda de la siguiente manera:

  • 50% – 55% de los hidratos de carbono, de los cuales los azúcares refinados simples no deberían constituir más del 10%.
  • 12% – 15% debe venir de las proteínas.
  • no más del 30-35% de las grasas y, de las que las saturadas deberían constituir menos del 10% de ese total.

Éstos son solo algunos conceptos e ideas que sería aconsejable conocer ya que forman parte de nuestro día a día. Puedes visitar nuestra página web para conocer éstos y otros conceptos que seguro serán de tu interés.

“La alimentación es compleja, pero a la vez muy simple. Tenemos que comer verduras, carne, fruta, pescado… No es difícil saber cómo llevar una alimentación adecuada, utilizando el comer de todo y en poca cantidad”.

«La buena alimentación es la mejor ‘vacuna’ contra la enfermedad y el mejor futuro de la alimentación es que el sector agroalimentario sea el responsable de comunicar, formar y crear conciencia en la población».

Por el Dr. Antonio Escribano. Doctor en Medicina. Especialista en endocrinología y nutrición.

Desde la Mesa de Participación de Asociaciones de Consumidores (MPAC), seguimos trabajando para informar y formar a las personas consumidoras en el ámbito del consumo alimentario.