La salud es el bien más preciado: alimentarse bien es invertir en salud
Según la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades crónicas no transmisibles (ENT) son la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo. Estas enfermedades se refieren a un grupo de enfermedades que tienen consecuencias a medio y largo plazo para nuestra salud, y que con frecuencia crean una necesidad de tratamiento y cuidados como pueden ser la diabetes, la enfermedad cardíaca y algunos tipos de cáncer. Muchas de estas enfermedades se pueden prevenir mediante la reducción de los factores de riesgo comunes, tales como el consumo de tabaco, el consumo abusivo de alcohol, la inactividad física y una alimentación inadecuada.
Centrémonos en la alimentación
La relación entre nuestra alimentación y nuestra salud es claramente innegable y existen multitud de evidencias científicas que corroboran esta afirmación. Actualmente, las personas consumidoras son cada vez más conscientes de que una dieta equilibrada y saludable es fundamental para mantener una buena salud. De hecho, según la Encuesta de hábitos de Compra y Consumo de la MPAC de 2022 un 66% de los consumidores considera que su alimentación es saludable.
A lo largo de la vida de una persona, ésta ingiere una media de 100.000 litros de agua y 70.000 kilos de alimentos, de los que unos 67.000 se quedan y son aprovechados por nuestro organismo y los otros 3.000 se eliminan en forma de residuos. Según el Dr. Escribano, «equivocarnos con esas 7 toneladas condiciona nuestro futuro». Y es que en esos 70.000 kilos de alimentos todo afecta a corto o a largo plazo, de forma favorable o negativa. «De ellos dependen la salud, la longevidad, la ausencia o tenencia de enfermedad, la calidad de vida, el sistema inmunológico, el estado de ánimo, el rendimiento laboral o intelectual, la longevidad cerebral activa y el futuro propio y ajeno».
De ahí, la importancia de una alimentación saludable y equilibrada. Pero no confundamos términos, alimentarse no es lo mismo que nutrirse. Nutrirse bien es que el cuerpo reciba todos los macronutrientes (hidratos de carbono, grasas y proteínas) y micronutrientes (vitaminas y minerales) que nuestro cuerpo necesita para funcionar correctamente. Y esta necesidad es individual y dependerá de nuestra edad, género, trabajo, actividad física que realicemos, entre otros factores.
A través de la alimentación, logramos nutrirnos, de ahí la importancia de que esa alimentación sea la adecuada, es decir, que nos aporte lo que necesitamos. El que ésta sea o no saludable para cada uno de nosotros dependerá directamente de lo que comamos, de la cantidad que comamos, de cómo lo comamos y finalmente de la actividad física que realicemos.
Es una decisión individual, por ello, para poder decidir adecuadamente, la educación nutricional es clave y tener en cuenta las recomendaciones de ingesta de los diferentes grupos de alimentos también lo es. En la tabla adjunta se incluyen algunas de las recomendaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recogidas en la publicación “Recomendaciones dietéticas saludables y sostenibles” (diciembre 2022).
Los datos recopilados por la Encuesta que realizamos desde la MPAC muestran que, en términos generales, el consumidor español se preocupa por su alimentación, pero no todas las personas encuestadas demuestran el conocimiento adecuado de las recomendaciones. Así, los consumidores encuestados destacaban que los factores más comunes para tener una alimentación saludable son beber agua (74%), consumir fruta y verdura todos los días (51%) y comer de forma variada (54%).
De la misma forma que una dieta adecuada puede proporcionar los nutrientes necesarios para el funcionamiento óptimo del cuerpo, una dieta poco saludable, rica en alimentos procesados, azúcares, sal y grasas saturadas puede contribuir a tener problemas de salud graves como la obesidad y sobrepeso, hipertensión, diabetes tipo II, la enfermedad cardíaca y algunos tipos de cáncer.
Alimentación y obesidad
Según la Encuesta Europea de Salud en España del año 2020, un 16,5% de hombres de 18 y más años y un 15,5% de mujeres padecen obesidad. Y un 44,9% de hombres y un 30,6% de mujeres padecen sobrepeso. Las diferencias entre hombres y mujeres son mayores que en el caso de la obesidad, y es superior el porcentaje de hombres que padecen sobrepeso en todos los grupos de edad. En relación al peso insuficiente, destaca su prevalencia en las mujeres de 18 a 24 años, un 8,9% de mujeres frente al 3,3% de hombres.
Alimentación y cáncer
El pasado 4 de febrero fue el Día Mundial contra el Cáncer. Desde la MPAC no podíamos ni queríamos dejar pasar esta fecha sin tratar de aumentar la concienciación y sensibilización de los consumidores y aportar nuestro granito de arena informando a la sociedad sobre el impacto de los buenos hábitos alimentarios en la prevención y control de esta enfermedad.
Según la OMS, alrededor de 1/3 de las muertes por cáncer son debidas a cinco factores que podemos evitar: el tabaco, las infecciones, el consumo abusivo de alcohol, el sedentarismo y las dietas inadecuadas (insuficiente ingesta de fruta y verdura).
De los doce consejos imprescindibles que debemos incorporar a nuestro día a día para reducir el riesgo de cáncer según el Código Europeo Contra el Cáncer, estos son los cuatro relacionados con la alimentación:
1.- Mantener un peso saludable
2.- Ejercicio diario y menos sedentarismo.
3.- Comer de manera saludable.
4.- Limitar el consumo de alcohol y, si es posible, evitar las bebidas alcohólicas.
Desde la Mesa de Participación de Asociaciones de Consumidores (MPAC) vamos a seguir informando y formando a las personas consumidoras para que sean conscientes de la importancia de llevar una dieta equilibrada en su día a día. Y para ello, les animamos a que visiten nuestra página web a menudo para ver los diferentes contenidos del ámbito del consumo que de la mano de expertos se van añadiendo y están a su disposición.
Una dieta saludable está compuesta por:
- Hortalizas. Al menos tres raciones al día de 150 a 200 gramos. Por ejemplo, un plato de ensalada, de hortalizas cocidas o una crema. Y si las compras frescas y de proximidad, mejor.
- Frutas. Al menos de 2-3 raciones al día de 120 a 200 gramos. Si la fruta es de aquí aún mejor. Y recuerda, aunque tengan defectos estéticos están igual de buenas. ¡Cómetelas!
- Cereales. Entre 3 y 6 raciones al día y mejor si son integrales, dependiendo de si llevas una vida más o menos activa. Consume distintos tipos de cereales para fomentar la diversidad de cultivos. ¡Viva la diversidad!
- Proteínas. A la semana toma a menos 4 raciones de legumbres, 3 de frutos secos sin sal ni grasas añadidas, 3 de pescado y hasta 4 huevos. Además de no más de 3 lácteos al día sin azúcares añadidos. En cuanto a la carne, reduce su consumo, ¡por tu salud y la del planeta!
- Aceite de oliva. Úsalo en todas las comidas, como aliño y en la preparación de los alimentos. El consumo de aceite de oliva favorece la conservación del olivo. El cultivo del olivo puede contribuir a la conservación de los recursos naturales y el valor paisajístico propio de la zona mediterránea, así como a potenciar la biodiversidad.
- Actividad física y sedentarismo. Camina al menos entre 7.000 y 8.000 pasos al día. La OMS recomienda de 75 a 150 minutos de actividad física intensa cada semana. Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán. ¡No te pares! ¡Cada movimiento cuenta!
- Agua. El agua es la bebida de elección en una dieta saludable. Bebe agua siempre que tengas sed. Las necesidades pueden aumentar en situaciones de altas temperaturas o durante la práctica del ejercicio físico.