Las ‘fake news’ en consumo

03/08/2018

Regalo de vales de compra por grandes marcas comerciales, cafetera para testadores, carros de compra gratis, suscripción gratuita a canales de televisión, bricks de leche caducada que se reutiliza para consumo, noticias de productos milagrosos o peligrosos…… y otros miles de bulos o fakenews que se propagan a través de diferentes sistemas con la ayuda de las nuevas tecnologías de la comunicación.

Las fakenews son la nueva denominación que se da a un producto pseudo periodístico difundido a través de diferente tipología de medios, y cuyo objetivo puede ser muy variopinto, desde intentar descalificar un producto o empresa, hasta intentar dirigir a la ciudadanía receptora hacia una opinión concreta, o simplemente demonizar algo o a alguien, y sin duda a través de información engañosa, incompleta, sesgada o perfectamente manipulada.

Es verdad que el intentar manipular información, tergiversar contenidos o simplemente mentir es algo que se lleva haciendo desde que el ser humanos piso la tierra, y de hecho hay muchos ejemplos en la época romana, por ejemplo, de situaciones donde se manipulaba la información para intentar derrocar o subir peldaños de poder, pero también es verdad que en esas épocas las “fakenews” tenían una acción mucho más limitada en el espacio-tiempo, mientras que en la actualidad puede llegar a tener dimensiones mundiales a velocidades de vértigo, y desde luego las nuevas tecnologías se han convertido en el medio más eficaz para trasladar información en forma de noticias, la preocupación es cuando esa información provoca desinformación o simplemente engaña o induce a engaño.

Y podemos ser todos victimas de esas Fake News?

Por supuesto, nuestro cerebro tiende a filtrar la información que recibe haciendo énfasis en lo que concuerda con nuestras ideas e ignorando lo que contradice nuestras creencias, científicos y neurólogos lo definen como “sesgo de confirmación”, y es el claro ejemplo de nuestra incapacidad manifiesta de ser objetivos al 100%, y que esa objetividad o mejor dicho el porcentaje superior o inferior de objetividad dependerá de lo cercano que sea el contenido de esas noticias a nuestros ideales o planteamientos personales sobre el tema objeto de la información. Es decir, en palabras de uso común y diario, si nos interesa le damos más credibilidad y sino nó, muy propio del ser humano. Eso significa que nuestro cerebro se siente mejor cuando lo que leemos o escuchamos no nos lleva la contraria nuestra manera de pensar, lo contrario no lo acepta bien nuestro cerebro y le pone puertas al campo.

Sin duda ninguna y de hecho es raro el que no haya caído en alguna de ellas, y como resulta casi imposible no ser víctima de esta situación lo que si podemos hacer es intentar minimizar las posibilidades de serlo, es decir reducir el número de fakenews que pueden entrar en nuestro entorno, o bien tener la capacidad y formación suficiente que me permita discernir entre la información y la desinformación, entre los verdadero y falso, entre lo real y lo imaginario.

Las Fake News se han convertido en un importante problema social. Se propagan a través de redes sociales y son capaces de saltar los filtros de verificación de los propios medios de comunicación pudiendo llegar incluso a interferir en la toma de decisiones.

Para ello lo primero que tenemos y debemos hacer es estudiar la fuente origen de esa información, y el nivel de credibilidad de ese origen o fuente ya me podrá dar una pista sobre la veracidad del contenido que me ha llegado o que circula por las redes,…etc. Seguidamente no se deje la vista en los titulares de la noticia, hay que leer el contenido de la misma y ver si el titular resume claramente la información que se quiere transmitir o simplemente quiere captar nuestra atención provocando confusión sobre lo que realmente dice el cuerpo de la noticia o información básica a transmitir.

También deberíamos preguntarnos si hay links que confirman la información, si realmente hay fuentes adicionales que confirmen la noticia y en caso afirmativo volver a iniciar el proceso de verificación del origen, titular,…etc. Otras de los mecanismos de verificación es constatando la fecha y comprobado si es algo actual o es una noticia que se viene arrastrando, y finalmente intentar asegurar con algún experto de nuestro entorno la veracidad de la información, si es un tema sanitario con algún médico o similar, si es tema económico …y así sucesivamente, sin duda es una manera de poder confirmar los extremos de una información y evitar la propagación de las fakenews.

Muchas de estas noticias falsas o que inducen a engaño se distribuyen sistemáticamente a través del conjunto de las nuevas tecnologías vinculadas a la sociedad de la información y en muchos casos no sólo por whatshapp o email, sino también a través de las redes sociales, y muchos se preguntan si no sería posible multar a Facebook u otras redes por ayudar en la difusión de esas noticias?, pero sinceramente antes de valorar esta posibilidad lo que deberíamos cada uno de nosotros es hacer un claro e intenso examen de conciencia para comprobar si por lo menos nosotros estamos haciendo todo lo que podemos para cortar esta plaga creciente de fakenews, y a partir de ahí pedir responsabilidades a otros.

Y qué pueden hacer las Administraciones al respecto, pues las locales, autonómicas y estatales podrían coadyuvar mejorando la formación e información de las personas consumidoras y usuarias, pues la educación es realmente la única herramienta perfectamente eficaz para luchar contra la desinformación y contra otras muchas cosas que están enfermando la sociedad actual. Y en el caso de la Unión Europea es obvio que intentar legislar sobre las nuevas tecnologías, sobre las redes sociales e internet es materialmente muy complicado y si se intentase habría lagunas por mil sitios distintos, además la Unión Europea no es precisamente el lugar de mayor consenso del planeta, y sin duda este tema necesitaría de mucho debate e interés por llegar a un acuerdo. Por ello la Unión Europea está profundizando en este tema , no tanto para legislar como para potenciar la autorregulación y los códigos de buenas prácticas.

ASÍ HAN CAMBIADO LAS «FAKE NEWS» Y LOS MALOS CONTENIDOS LOS HÁBITOS DE CONSUMO

 Cualquiera de nosotros, como consumidores, hemos recibido en los últimos tiempos noticias y contenidos no veraces a través de nuestro correo electrónico o a través de los múltiples canales de Redes Sociales   y aplicaciones. Como mucho y en las mejor de los casos y suertes hemos sido capaces de discernirlo y no creerlos, en primer lugar ni difundirlos.

Sin embargo, no todos los consumidores actúan así o disponen de las herramientas y conocimientos necesarios para poder diferenciar este tipo de noticias. En nuestras manos está convertir la oportunidad y la grandeza de la información en una buena herramienta para mejorar la información de los consumidores, o dejar que esta sea utilizado con otros fines.

Lo que sí está claro es que de una manera o de otra estas noticias influyen en los hábitos de compra y consumo. Así, un estudio realizado por el psicólogo Kenneth Faroa través de Origin/Hill Holliday analiza si el conocimiento público de la existencias de noticias falsas ha modificado los hábitos de consumo. Los resultados indican que:

  • El 54% de los participantes responde con un rotundo si frente al 35% que señala que no ha influido en nada. Llama la atención que hasta un 12% de los encuestados no sepa inclinar la balanza ante esta cuestión.
  • Un 41% consulta otras fuentes antes de dar todo el crédito a un artículo que ha leído. El 38% tiene claro que desconfía de los contenidos publicados por los medios o plataformas en los que se ha revelado que han aparecido noticias
  • De estos, el 55% asegura que lo que mayor preocupación les genera son las noticias falsas, frente a un 15% que pone en la diana las aplicaciones
  • Un 9% de los encuestados añade además su inseguridad ante la veracidad de los comentarios y críticas que aparecen en los productos de
  • El 44% de los consumidores apuesta por la calidad de una marca a la hora de comprar. Un 14% hace lo propio apostando por la veracidad, mientras que un 13% se fija en la

PARA FINALIZAR, INDICAR UNA SERIE DE CONSEJOS PARA DETECTAR UNA NOTICIA FALSA O SIMPLEMENTE EVITAR COADYUVAR EN SU DIFUSIÓN 

  • Verificar la credibilidad de origen y del autor
  • Mucho ojo con los titulares llamativos que intentan atraer nuestra atención
  • No tengamos interés en ser los primeros en difundir una información sin antes verificarla
  • La dirección url de la web nos puede dar pistas sobre la veracidad d ese portal o la noticia donde aparece
  • Revisar la ortografía, muchas faltas nos dan pistas
  • La fecha de la noticia también es importante, hay bulos que llevan 15 años..
  • Si aparecen testimonios de beneficiados o perjudicados…debe darnos que pensar
  • Premios, sorteos, regalos,…., ya lo decían nuestras abuelas , nadie regala duros a cuatro pesetas
  • Información o bromas, como distinguirlas…
  • Cuidado con las peticiones de pulsar en links que nos llevan a otras páginas…salvo que confirmemos origen y destino
  • No reenviamos si no tenemos un alto porcentaje de seguridad sobre el contenido del mensaje o información